martes, 18 de noviembre de 2008

Sodercan: pasen días y vengan ollas

Sodercan es una empresa [no nos quedemos cortos: es un grupo de empresas] del Gobierno de Cantabria para atraer inversiones, impulsar la creación de empresas y para el desarrollo de polígonos industriales. 

Siempre pensé que con media docena de personas ofreciendo suelo publico a las empresas -no en venta, con derecho de uso- e incentivos económicos y fiscales, que viajasen regularmente, y con un modelo de gestión alejado de la burocracia funcionarial,  esta autonomía -la nuestra- podría industrializar y/o reindustrializar zonas de la región con altas dosis de eficacia y resultados positivos. Nunca entendí como el Polígono industrial La Vega de Reinosa está parcialmente desocupado desde los 90 en que fue urbanizado.

Pero resulta que lo que hay montado es una sociedad con más de 150 empleados, una agencia de colocación para alguna de las familias de la Casta Política, y tanto sus objetivos -desdibujados-, como el balance de resultados no están claros. Parece que se constituye una empresa pública para pagar sueldos que no se obtienen en la función pública, y que muchos de sus perceptores nunca los obtendrían en una empresa privada.

En Cantabría Liberal nos lo cuentan así:

- El Mundo Hoy en Cantabria ha destapado la olla y sólo se ha visto lo que algunos conocíamos y lo que la opinión pública desconocía, aunque muchos adivinaban: los sueldos y los percibidores… Los sueldos: 5.338.000 €uros sin contar dietas, viajes, tarjetas, etc. Los percibidotes: 155 personas.


En la Consejería de Industria, cuota del socialismo de Cantabria que bien lidera María Dolores Gorostiaga, se encuentra uno de los mejores exponentes de aquello que no se debe de hacer ni aún estando en época de vacas gordas, y mucho menos ahora que estamos en crisis, o sea, que las vacas son flacas.

Quizá algunos, aunque sea por lo bajo, digan que ya se sabía. Mentira, como mucho, se intuía. Quizá muchos digan que el hecho de sacar hoy esta noticia signifique que los de siempre están atacando como acostumbran; sin embargo, quizá hay que ir un poco más allá. Los ciudadanos tienen derecho a saber… y ¿qué tienen que saber? Pues que la Consejería de Industria -desde hace 5 años liderada por María Dolores Gorostiaga, porque aunque haya tenido al señor Pesquera y al señor del Olmo ella ha sido la mandamás- es la última responsable de lo que se pueda cocer en la olla de SODERCAN.

SODERCAN no puede, ni debe, ser la ONG del socialismo oficialista de Cantabria. Los nombres de quienes componen SODERCAN los ha hecho públicos el Mundo, incluido, aunque no se sabe muy bien lo que pinta, el de Raúl Gil, ex director general socialista de la juventud condenado por insultar a nuestra policía, que a saber a qué se dedica aquí. Ya no vale de nada decir que la culpa es del PP porque ya hace años que el PP no toca nada de esto…

Que Cantabria necesita una empresa pública es cierto, que ésta sea bien gestionada también y, del mismo modo, debe ser profesional y conseguir los intereses y los objetivos para Cantabria.

En la Consejería de Industria, y más concretamente en SODERCAN, es todo lo contrario. Con esto no quiero decir que los salarios sean demasiado altos, eso nunca, porque los salarios deben de corresponder a los parámetros de gestión, eficacia y profesionalidad.

Es rechazable, al menos moralmente, que el ejercicio de la gestión pública sea remunerado con unos sueldos que las personas que lo regentan nunca alcanzarían en la empresa privada.

La moralidad es el principio por el que todos deberíamos movernos. La transparencia también y, fundamentalmente, la libertad de expresión, aun cuando a veces pueda incluso traspasar los límites: más vale ser libre, aun pecando, que ser rico y esclavo con bozal.



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