sábado, 23 de mayo de 2009

Inventariando caminos tradicionales

Después de muchas idas y vueltas, ahora vivo en Campoo. Y tras conocer distintas geografias y paisajes de España he advertido en nuestra tierra la falta de atención y de cuidado por los caminos históricos, los caminos rurales, las rutas de montaña y senderismo, las rutas GR..  [En Requejo se echo abajo un rótulo del GR99 - Camino del Ebro, al construirse el nuevo puente para la carretera CA-731, y así quedó, en el suelo].

En comparación con otras provincias y comunidades - por ejemplo el Pre-Pirineo y Pirineo de Huesca, los caminos rurales de Menorca: camí de Cavalls, camí d´en Kane.*..-  no hemos hecho apenas nada. 

Por eso es positivo ver escrito en Gente Digital Santander que la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Cantabria quiere inventariar y catalogar los caminos tradicionales de titularidad pública para su posterior conservación y puesta en valor. ¡Por fín!

Esta es la noticia:

La Consejería de Medio Ambiente ha iniciado la realización del inventario de caminos de titularidad pública de Cantabria con el fin de elaborar un catálogo general que permita su caracterización. Se trata de un paso previo, pero imprescindible, para elaborar posteriormente una estrategia que permita su conservación y puesta en valor.


Según ha informado el director general de Medio Ambiente, Javier García-Oliva, "los caminos tradicionales constituyen un patrimonio cultural de inestimable valor, muchos de los cuales han sido destruidos, abandonados o transformados, debido al desarrollo de las modernas infraestructuras. Además del valor intrínseco, estos trazados tienen un interés añadido por los entornos que recorren, y la intención de la Consejería es que puedan ser utilizados como medios para el disfrute y difusión de los valores paisajísticos, ecológicos y culturales de los parajes que recorren".


Actualmente, no existe ningún inventario que recoja la totalidad de los caminos existentes en Cantabria, y muchos, especialmente los históricos, corren el peligro de perderse, y con ellos una parte importante de la historia de la región.


Según García-Oliva, los caminos no sólo tienen una función de comunicar poblaciones, sino que nos hablan de la estructura social histórica, su economía, la articulación de los territorios y su evolución. "El inventario es una necesidad si no queremos perder parte de nuestra historia --ha añadido García-Oliva--, además de una magnífica oportunidad para ponerlos en valor, ya que muchos permiten acceder a lugares de interés natural, siendo también su conservación una herramienta importante dentro de una estrategia para el desarrollo rural", afirmó el director general.


La metodología de trabajo que se pondrá en marcha, a través de la Oficina de Estudios y Proyectos de la Dirección General de Medio Ambiente, creará en primer lugar una cartografía de caminos a través de la recopilación de fuentes de diferentes épocas, como los mapas históricos de Tomás López y Francisco Coello, que datan de los siglos XVIII y XIX; el Mapa Topográfico Nacional de los años 30 y 40 del siglo pasado, o el Catastro de Rústica de 1953. Así mismo se incluirán trabajos sectoriales más actuales realizados por distintas consejerías y la Universidad de Cantabria.


Posteriormente, se analizarán los trazados en función de criterios como el histórico, el dominio público, la continuidad con otras infraestructuras, o la conexión con elementos de alto valor patrimonial. El siguiente paso consistirá en codificar y registrar los itinerarios seleccionados, comprobando en ortofoto el estado actual, y luego visitar a las autoridades locales para recoger información y comprobarla in situ con la toma de datos de campo referidos a los firmes enlosados o empedrados, construcciones auxiliares, o patrimonio ambiental. También se tomarían coordenadas con GPS que permitirá en su conjunto una caracterización completa de cada camino.


Esperamos que uno de los primeros caminos que cataloguen sea el de Bolmir a Reinosa.


*A tres kilómetros de Maó, en dirección a Addaia, arranca el Camí d’en Kane. Esta carreterita estrecha que discurre hasta Es Mercadal fue trazada por el gobernador inglés Richard Kane, de excelente recuerdo en Menorca. Su recorrido pone al viajero en contacto con uno de los paisajes interiores más apacibles de la isla. Sombreada por árboles, deja a los lados tierras de labor, casas de campo señoriales, pequeñas construcciones blancas de labriegos, el paisaje de colinas de la Tramuntana y las llanuras del Migjorn. Dos de los lugares más emblemáticos son el pequeño cementerio blanco de Alaior, situado junto al Camí y, antes de llegar a Es Mercadal, el monte Toro, que con sus 357 metros de altitud es el mejor observatorio sobre la isla. 






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