lunes, 18 de octubre de 2010

El comportamiento de nuestra clase política ...

El comportamiento de nuestra clase política refugiándose en las medias verdades (cuando no mintiendo descaradamente), negando la evidencia (crisis económica), dando esquinazo a los asuntos capitales (necesidad de una reforma constitucional que, además de democratizar el sistema, reordene los poderes del Estado recuperando para el Gobierno central parte de las competencias transferencias), aferrándose al poder a costa de “deshacer país” (pacto con el PNV) y gesticulando en plena vía pública (la vicepresidenta del Gobierno con la presidenta del Constitucional durante el desfile del pasado año, o el alcalde de Madrid y el presidente del Gobierno este último), le ha llevado a ocupar el tercer puesto en el cuadro de honor de las preocupaciones nacionales, junto al paro y la recesión económica. Nuestros políticos son vistos hoy como una parte del problema de España, no como la solución. La crisis de los partidos –su divorcio con el principio de funcionamiento democrático que impone la Constitución- está en la raíz del agotamiento del régimen y son el gran obstáculo que se yergue a la hora de abordar esa reforma constitucional que cada día más ciudadanos reclaman como condición sine qua non para abordar un saneamiento global de nuestra democracia. Los partidos son los grandes enfermos de un sistema enfermo, necesitado de urgente cirugía si quiere adentrarse en el siglo XXI con posibilidades de procurar riqueza y empleo –bienestar- para todos sus hijos.

fUENTE: Jesús Cacho en El Confidencial

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