lunes, 22 de febrero de 2010

Releyendo a Trevijano

La naturaleza y la finalidad de los actuales partidos estatales no han sido estudiadas, salvo en Alemania. Estos partidos no tienen nada de común con los de antes de la guerra mundial. Aunque se llamen demócratas cristianos, populares, socialistas, socialdemócratas o comunistas, no tienen esas ideologías. Salvo en el Reino Unido, no son partidos viejos ni con tradiciones. Este PSOE no tiene cien años, como le gusta decir. Nació en 1978 como algo absolutamente distinto del que fundó Pablo Iglesias. No porque renunciara al marxismo, sino porque abandonó su vivencia en la sociedad civil y se instaló en el Estado, como habían hecho los partidos únicos

La expresión Estado de Partidos se generalizo entre todos los buenos juristas de la República de Weimar. Esa idea abstracta se convirtió en un hecho político con el sistema de elección proporcional. Gracias al cual el partido nazi pudo conquistar electoralmente el Estado. La bibliografía posterior a la guerra mundial es muy abundante. Para conocer el tema bastan las monografías de LEIBHOLZ, Neumann, Seuffert, publicadas en español por la editorial Anagrama de Barcelona en 1980, con el título “Teoría y sociología criticas de los partidos políticos” de Kurt Lenk y Franz Neuman.

Los partidos son asociaciones voluntarias. Es un error político y una barbaridad jurídica que la Constitución les obliga a algo tan imposible de cumplir como que se doten de estructuras y funcionamientos democráticos. Pueden funcionar como les dé la gana, con tal de no someter a sus miembros a las disciplinas y coacciones de algunas sectas, y que se pueda salir de ellos con más facilidad que para entrar. Los mínimos y máximos de los partidos son asuntos internos que no conciernen a los que están fuera.

La democracia es obligatoria en el ámbito donde estamos sin haberlo decidido, como la política. Cuando hablemos de partidos políticos hemos de saber que los actuales ni son partidos ni son políticos. Fuera de la sociedad civil no puede haber partidos políticos.

El escenario de la política ya no está en la sociedad sino en el Estado. Los sujetos de la política ya no son los gobernados, sino los gubernantes.

La libertad política da al hombre el derecho de pensar, el derecho de emitir su pensamiento. Como dijo Lord Byron: la consecuencia de no pertenecer a ningún partido será que los molestaré a todos.

Antonio García-Trevijano

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