lunes, 30 de mayo de 2011
viernes, 27 de mayo de 2011
La Izquierda y el sistema electoral
Artículo de David Serquera:
La propaganda de los partidos monárquicos autodenominados de izquierdas, debe recurrir a la falsa propaganda del sistema proporcional, para poder seguir cobrando del Estado monárquico tras haber desindustrializado la nación y haber sumido a la clase obrera en el paro, la marginación y la precariedad. El verdadero problema radica en que la izquierda política no puede existir con el sistema proporcional de listas en los estados financieros. El sistema de listas únicamente favorece la interlocución entre el jefe de partido y los grandes financieros para seguir dando de comer a los zampatortas aprietabotones que medran por un lugar en la lista electoral mediante la adulación al jefe. La única posibilidad para que la izquierda pueda existir en Europa Occidental es hacer de la asamblea vecinal, del distrito electoral o monada republicana, el sujeto de la acción política. En estas condiciones, el mandato imperativo de la asamblea de vecinos a su representante hace que éste pueda defender fielmente sus intereses ante las corporaciones sin rostro. Es la única forma de que los problemas concretos del vecindario puedan ser atendidos por la nación. Supone una descentralización política tal que la presión de los lobbies se diluye y se controla de forma efectiva. Con el sistema mayoritario uninominal a doble vuelta con capacidad para deponer al representante, éste acude a la asamblea vecinal cada quince días, ante la cual rinde cuentas en primer lugar, y posteriormente escucha y recibe las peticiones de sus electores. Si éstos encontraran que el representante no cumple las promesas por las que fue elegido, le pueden revocar el mandato. Al recibir el sueldo de la mónada o distrito electoral y no del partido-Estado, el representante está sujeto a sus vecinos. Si aquel no cumple con las peticiones de la asamblea, se le retira el sueldo y el cargo, si se desayuna los ágapes servidos en las bandejas de plata de los poderosos, en contra de sus vecinos, se le destituye; si no cumple sus promesas, se le despide. La mónada actúa políticamente no sólo a través de un control institucional, sino que puede habilitar los espacios públicos donde el discurso conforma la política adecuada a la realidad. La doble retroalimentación, de la nación al distrito y de éste a la nación representada en la cámara de representantes conforma una unidad integradora de todas las dimensiones de la política y de lo político. Atendiendo exclusivamente a la motivación justa de un sistema electoral democrático, el sistema uninominal mayoritario es el único que cumple con la regla 1 hombre = 1 voto y es el único que garantiza la Libertad política pues permite que un candidato independiente, sin filiación partidista, pueda presentarse ante sus vecinos para poder ser portavoz de sus intereses.
sábado, 21 de mayo de 2011
Indignación de la ignorancia
Publicado por Antonio García Trevijano: Si necesariamente hemos de reducir todo para comprender algo, el problema actual de España, el origen de su permanente e insoportable malestar económico, cultural y político, hay que buscarlo en el cambio operado con la transición de la dictadura permanente de un solo partido estatal a la dictadura transitoria de dos partidos estatales. La invariante ha sido la ausencia de toda posibilidad de control del Poder, con Franco o con la Monarquía de Juan Carlos. La variante ha consistido en sustituir la represión de los nacionalismos periféricos por su incorporación al Estado, para tener garantizada siempre, con ellos, la mayoría absoluta gobernante. Si Tocqueville creyó ver en la Revolución Francesa la continuación del proceso de centralización estatal, iniciado por Luis XVI y culminado por Napoleón, mucho más evidente y menos discutible es que la Monarquía de Partidos, mediante la hegemonía de la socialdemocracia compartida por todos los partidos estatales, ha rematado la faena de suprimir cualquier atisbo de sociedad política intermedia entre la Sociedad Civil y el Estado. Quien no comprenda esto no sabe absolutamente nada de lo que está sucediendo ahora con las manifestaciones y acampadas de numerosos súbditos del Estado que no quieren llegar a ser ciudadanos, por absoluta ignorancia de la cuestión primordial que les concierne: la representación política. No hay en los indignados de imitación una sola voz de la sociedad civil, una sola consigna que expresa la absoluta falsedad de las elecciones por el sistema de listas. Cerradas o abiertas no cambia nada. Ninguna es representativa del elector ni de la sociedad. Todo el que vota a un partido estatal, grande o pequeño, está votando a un órgano del Estado para que se represente a sí mismo en el juego de las facciones estatales. Todo el que vota a listas de facciones del Estado no se ha desprendido de su impregnación franquista, aunque ahora solo tenga 18 años. Fuera de la abstención no hay sitio para el honor, la decencia, el decoro, la dignidad. ¡Indignados que quieren votar la indignidad! Entre un millón de posibilidades no hay una sola que autorice a creer que el MCRC pueda encaminar a estos inconscientes indignados, ignorantes de la causa de su indignación, hacia la revolución de la Libertad política y la puesta en pie de la sociedad civil. A quien no le repugne votar una lista estatal sobre la que no tiene la menor posibilidad de control, a quien no le indigne ser representado legalmente, sin mandato voluntario revocable, como a menores o incapacitados, no se le puede enseñar el camino de la libertad política. Nuestro prestigio y nuestra influencia aumentarán si no somos compañeros de los fracasos de la ignorancia manipulada.
viernes, 20 de mayo de 2011
Tres Consejos de Luis Garicano
Queridos “indignados”: me alegro muchísimo de que os hayáis decidido a dar un puñetazo en la mesa y expresar vuestro hartazgo con la situación económica y política. La situación a la que os enfrentáis es dramática, con números de paro juvenil en varias comunidades autónomas por encima del 50% y malísimas perspectivas para los próximos diez años, los años en los que normalmente deberíais encontrar trabajo.
Pero leyendo las crónicas de las manifestaciones, veo un miedo desconexo e incoherente que no se transforma en un programa de demandas. Os propongo tres, sencillas, pero que harían una diferencia sustancial a vuestro futuro.
Mercado laboral: contrato único
Tenemos un modelo dual de mercado laboral: unos tienen trabajo asegurado a largo plazo, y otros no tienen nada, rotan sin parar de subempleo a paro y de paro a subempleo, sin posibilidad de salida. La idea de los sindicatos es que los hijos se conviertan en los padres, que con el tiempo los jóvenes podáis aspirar a entrar en el núcleo del mercado de trabajo. Empíricamente, esto es falso. El 40% de los jóvenes que entraron en el mercado de trabajo a los 20 años siguen, a los 40 años, con contratos temporales. Esto es económicamente demencial y socialmente injusto. Hay que cortar por lo sano, y la reforma es sencilla: acabar con los contratos temporales y sustituirlos por el contrato único. Un contrato que empieza flexible, pero que va incrementando la protección con cada año en el que uno trabaja. Aquí va unaexcelente explicación de Samuel Bentolila.
Vivienda: poner en el mercado los miles de viviendas vacías
En un país con quizás 1,5 millones de viviendas vacías, suficientes para cubrir toda la demanda 7 años, los precios de las casas siguen siendo demencialmente altos y la oferta en alquiler es bajísima. Por ello, a pesar del enorme exceso de oferta, el 65% de los jóvenes españoles con edades comprendidas entre 25 y 29 años viven con sus padres, frente al 20%-22% en Francia, Holanda o el Reino Unido. Es necesario dinamizar el mercado inmobiliario. ¿Cómo? Primero, forzar al reconcomiendo de las pérdidas en el sector bancario, de forma que los bancos y cajas dejen de dirigir el crédito a promotores de hecho quebrados, con lo que se pondrán en el mercado cientos de miles de viviendas. Segundo, dar muchísima más seguridad jurídica al contrato de alquiler para asegurar que los propietarios ponen en alquiler los pisos aunque lo que reciban sea una cantidad modesta. Aquí va nuestra propuesta al respecto.
Educación para competir en la economía global
La globalización y el cambio tecnológico son imparables. China, India, Latinoamérica… van a entrar en los mercados globales durante los años claves de vuestra vida, y la información va a continuar haciéndose más barata. Reaccionar a estos cambios requiere que tengáis la formación para competir en el mundo globalizado. Pero en España el sistema educativo ha fracasado en conseguir este objetivo. Entre debates estériles sobre religión o ciudadanía, se ha perdido consciencia de la enormidad del fracaso escolar, al 31%, el doble que en los países de nuestro entorno. Hace falta aprender idiomas, hace falta una universidad en la que los profesores enseñen e investiguen, en la que los estudiantes se formen. Juanjo Dolado escribió unpost excelente con diagnóstico y propuestas, desgraciadamente tan actual ahora como lo era cuando lo escribió en 2009 (nada ha cambiado).
Con esas tres reformas, vuestro futuro cambiaría sustancialmente. Son reformas factibles, y las dos primeras se pueden hacer en cuestión de meses.
No demonizar el mercado
Notad lo que no hay en mis propuestas: el cabreo con el mercado o el “sistema capitalista”. El mercado, en España tan impopular, es el mecanismo que ha sacado de la miseria a cientos de miles de personas en China, en Brasil y en India en los últimos 15 años. Y el mercado es responsable de que, desde la transición al capitalismo en Holanda y el Norte de Italia al final de la edad media, la especie humana haya salido de la miseria en la que vivió, con poquitas excepciones, durante decenas de miles de años.
Hace 100.000 años, el PIB por habitante del mundo era de alrededor de 90 dólares- vivíamos constantemente al borde de la muerte. Hace 10.000 años, no había crecido nada, y seguíamos luchando por sobrevivir cada día. Hace 3000 años era de unos 120 dólares per cápita. En al año 1000 era aún de unos $133 dólares, y en el 1500 también. En 1600 era $141, 1800 $195, en el 1900,$ 679 y en el 2000, $6500. Es decir, durante la existencia eterna de la especie humana, nos hemos muerto de hambre y de asco.
Por favor, no escuchéis a los ignorantes que acusan al capitalismo y al mercado. Cierto, la crisis actual ha tenido su origen en un fallo enorme, tanto del mercado como de los reguladores. Pero el mayor peligro para España es el que el populismo de estos gane, y que nos metamos por la vía Argentina al subdesarrollo. Es fácil, una vez que se entra por ahí el empobrecimiento es inevitable. No está escrito en ningún sitio que tengamos que continuar siendo un país próspero, y no sería la primera marcha atrás en la historia.
Lo que sí es cierto es que necesitamos otro mercado que el que tenemos. Tenemos un mercado que es el mercadeo, en el que las corruptelas y los contactos deciden quien se enriquece. Pero el mercado es responsable de Google también y de Zara, y de vuestro querido Twitter. Se trata de conseguir un mercado regulado, responsable, que no sea la ley de la selva, y que no pase porque los enchufados y corruptos de siempre se forren y que si les sale mal les rescatemos.
Vosotros, los indignaos, sois la esperanza de España. Si os indignáis con conocimiento, si tratáis de pensar en cómo mejorar las cosas, España saldrá de esta reforzada. Si tiráis por la vía del populismo, del “que paren la globalización y el capitalismo que me quiero bajar”, el futuro de España será muy, muy negro.
*Luis Garicano es economista, profesor de la London School of Economics y director de la cátedra Fedea-McKinsey
jueves, 19 de mayo de 2011
Infantilismo político
Publicado por Antonio García Trevijano:
La psicología infantil se explica por la no percepción de la necesidad de un proceso de realización de los deseos. El niño ignora que la satisfacción de sus deseos exige la previa existencia de lo deseado, lo cual necesita tiempo y trabajo. Tampoco sabe que los mayores han de tener la capacidad y los medios de procurárselo gratis. La enfermedad infantil del comunismo fue el izquierdismo, del mismo modo que la enfermedad senil de los partidos es la partidocracia. Si el movimiento democracia real no añadiera el adverbio YA, para indicar que la quiere ahora mismo, se podría pensar que es otra manera de designar a la democracia material o social, como idea distinta de la expresada con las palabras democracia formal o política. Pero en el caso español no es posible entender lo que significa democracia real sin ponerla en relación con la democracia fingida en la Monarquía de Partidos. Este último aspecto hace atractiva y simpática a la democracia real. Y no hay infantilismo alguno en la pretensión de suprimir enseguida, incluso con un solo acto colectivo de gran magnitud, todas las ficciones del como si tuviéramos una democracia política.
A través de David Serquera, el MCRC mantuvo conversaciones con la plataforma Democracia Real, tratando de encontrar puntos comunes para la acción inmediata. Y tuvo la desagradable sorpresa de verse rechazado a causa de su programa de acción, limitado exclusivamente a la conquista de la Libertad política colectiva, mediante la apertura de un período de libertad constituyente, sin mezcla de reivindicaciones sociales o económicas de carácter ideológico. El infantilismo político desprecia la historia. El mayo francés era tan simpático porque no pretendió ser alternativa de poder, y tan absurdo políticamente porque, sin quererlo, provocó en las urnas el mayor triunfo de la reacción. El MCRC no está encerrado en una torre de marfil ni en el jardín de Epicuro. Pero no tomará parte en acción pública alguna que se aparte del objetivo único de su existencia: la conquista pacifica de la libertad política colectiva.
El MCRC está hoy en la calle, con folletos y octavillas, contra el sistema de listas, que es el fundamento de la partidocracia. Se podría esperar que en vísperas electorales, la plataforma “democracia real ya” pidiera la abstención, la derogación de la ley electoral y la adopción del sistema uninominal por mayoría a doble vuelta en cada distrito. Pero las únicas voces que se escuchan piden listas abiertas, como si esa insignificancia (la experiencia italiana demostró que solo usó la apertura un 3% del electorado) pudiera cambiar el hecho de que el sistema proporcional no es representativo del elector ni de la sociedad civil. El MCRC emprenderá todas las acciones que exija la libertad política colectiva.
miércoles, 18 de mayo de 2011
Un malestar difuso
Publicado por José Luis González Quirós en El Confidencial:
No hace falta una capacidad muy aguda de análisis para constatar que, se mire por donde se mire, el sistema político español está alcanzando unas altísimas costas de desprestigio, y que el malestar de muchísimos ciudadanos crece a ojos vista, muy especialmente entre las capas más ilustradas e independientes, de las que deberían nutrirse las instituciones políticas en una situación de plena normalidad. Las direcciones de los partidos, ocupadas siempre en un muy miope día a día, no son los lugares ideales para percibir con nitidez el fenómeno, pero mal harían en no analizarlo y tratar de buscarle remedio, y no mero lenitivo.
Este malestar no está, todavía, políticamente articulado, y afecta al conjunto de los partidos, más a los grandes, desde luego, y, muy especialmente, al partido en el poder, pero está creando un estado de opinión que supone una grave objeción a la forma de funcionamiento de esta democracia que, más pronto que tarde, debería de encontrar respuesta en una reforma de fondo que, de no hacerse bien y relativamente pronto, puede poner en un riesgo muy serio la viabilidad de la democracia.
Este malestar está cristalizando en un conjunto de ideas bastante coherentes a las que nadie se ocupa de dar respuesta, confiando ciegamente en que la lealtad de los ciudadanos a la democracia, que nadie pone en cuestión, se traduzca inmediatamente en fidelidad a este sistema concreto que nos gobierna, lo que no es sino otro caso de cortedad de miras, del defecto de fondo que los descontentos señalan. Entre los argumentos que expresan el malestar de fondo, merece la pena destacar las siguientes:
1. Los partidos son sordos a los problemas reales de la sociedad española y los reducen, de manera irresponsable, a su aspecto puramente electoral; en consecuencia, las proclamas de los políticos tienden a parecer falsas, insensibles y oportunistas.
2. Como los partidos son conscientes de esta situación parecen haber decidido, hace tiempo, que no tienen nada que decir salvo a los muy convencidos, de manera que su acción política se vuelve dogmática, previsible y rígida. Ello acentúa más la distancia entre los ciudadanos y los partidos y convierte en retórica vaga cualquier intento de cumplir la función que les atribuye la Constitución de ser cauces de participación ciudadana.
3. Los ciudadanos tienen la impresión cada vez más firme de que la situación es inamovible y el bipartidismo reinante se les antoja una camisa de fuerza muy estrecha para la realidad en la que viven.
4. Técnicamente se dice que vivimos en un sistema de bipartidismo imperfecto, pero el sistema resulta ser imperfecto en otros muchos sentidos que provocan una honda frustración, por ejemplo, su incapacidad para consensuar reformas que todo el mundo entendería como necesarias, como la de la educación y la Justicia, o su resistencia interesada a poner remedio cierto y razonable a problemas que causan hastío y una ira sorda a muchos ciudadanos, como el terrorismo o, en otro orden de cosas, el abuso desmedido de determinadas fuerzas minoritarias.
5. Los políticos no inspiran ninguna confianza. Los electores no ven en ellos a personas, sino a siglas, y no comprenden su sumisión al liderazgo, por negativo que esté resultando al propio partido, como le ocurre ahora mismo al PSOE, ni la absoluta falta de iniciativa de la mayoría de ellos, además de su absoluto desinterés por las cuestiones que realmente preocupan a quienes representan.
6. Cada vez se tiende a pensar más en los partidos como auténticas redes mafiosas en las que la protección de unos por otros es el mandato fundamental. Nadie puede entender el desinterés que muestran los partidos por limpiar sus propias filas y eso se interpreta, desgraciadamente, como una muestra de que la corrupción está metida en el seno mismo de las organizaciones, de manera que se tiende a pensar y a sentir que son los partidos mismos los que promueven la corrupción como sistema para blindar su poder económico y la situación personal del conjunto del escalafón.
7. Por último, los electores piensan que el objetivo de los partidos es siempre distinto al que proclaman, de manera que les atribuyen una dosis estructural de mentira y de manipulación, una actitud que impide radicalmente cualquier intento de explicar con sinceridad, sin miedo, y de manera razonable las políticas que una buena mayoría de electores apoyaría. En consecuencia, los partidos se ven como meras máquinas para llegar al poder y permanecer allí el mayor tiempo posible, nada que ver, en último término, con someter propuestas a los electores para que estos decidan por si mismos lo que consideran mejor.
Este es el panorama una semana antes de unas elecciones decisivas. Muchos españoles van a interpretarlas, seguramente, como una manera de castigar a un personaje que les ha hecho mucho daño, pero el supuesto vencedor de esta convocatoria, haría muy mal en no darse cuenta de que tampoco ellos producen ningún entusiasmo.
* José Luis González Quirós es analista político