Las coaliciones post-electorales, esas que se hacen a espaldas de los vecinos, salen más caras en términos de empleos municipales que las mayorías. Ha quedado demostrado en estudios académicos ad-hoc, como el de Juan Santaló. También se ven afectados en su cuantía el gasto público, el déficit y los impuestos locales.
"Cuando estamos a seis meses de las próximas elecciones municipales, un amigo mío metido en política local me contaba ejemplo reales de negociaciones post–elecciones cuando ningún partido había conseguido mayoría absoluta. Para mi sorpresa, ya ven qué ingenuo, las demandas y contraofertas para formar coalición no giraban en torno al programa electoral de cada partido sino básicamente en torno a la obtención de puestos de trabajo con dedicación exclusiva en el consistorio local. Es cierto que la obtención de puestos de trabajo podría ser una manera de conseguir influencia para dirigir las políticas del ayuntamiento hacia un sentido u otro, pero eso no explicaba el abultado incremento en la contratación de personal que resultaba del proceso de negociación de la coalición. No es el objetivo de este blog el relatar los detalles de estos casos particulares sino al contrario tratar de proporcionar datos empíricos y evidencia sobre si esta anécdota sobre el coste en gasto de personal de formar coaliciones es un hecho aislado de un localidad pequeña o verdaderamente representa una fenómeno generalizado en todo el estado español.
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¿Entonces qué?
Aquí es donde me gustaría finalizar el post y abrir el debate básicamente porque es mucho más fácil documentar el tema como he intentado hacer que el proponer soluciones. Quizás una primera reacción ante las cifras de más arriba sería el determinar que gobernara siempre la lista más votada. Esta medida, aparte de tener cierta legitimidad democrática, limitaría el poder de negociación de terceros partidos y ello podría disminuir la necesidad de compensarles con puestos de trabajo en los ayuntamientos. Sin embargo, podría tener un efecto negativo al disminuir la competencia para ganar las elecciones; ya que a priori sería más difícil que se realizarán cambios de gobierno. Otra alternativa sería simplemente limitar la discrecionalidad de los ayuntamientos a la hora de contratar personal, de hecho en el Expansion del pasado Jueves 4 de Noviembre mencionan que en España el 40% de los empleados públicos ha sido nombrado a dedo y que esta proporción se elevaba al 67% en los ayuntamientos. La menor discrecionalidad sacaría fuera de la ecuación política los puestos de trabajo en el consistorio local y quizás así ayudaría a reducir el déficit y gasto público en aquellos municipios en que es necesario formar una coalición de gobierno.
Leer el post original en el blog Nada es Gratis
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