Alberto Artero / S. McCoy escribe en El Confidencial:
... en todas partes cuecen habas y que el problema presupuestario de regiones y municipios es mucho más universal de lo que el provincialismo de miras tiende a ver. La solución es harto complicada ya que, en cualquiera de sus formulaciones, hay un obstáculo insuperable: la incapacidad y falta de visión de aquellos que están llamadas a implantarlas, de apellido político en su tarjeta de visita. Soslayando esta sombría realidad, lo cierto es que:
- Las actuaciones sobre los ingresos son inciertas en su resultado. Cuando dependen de circunstancias extraordinarias de carácter cíclico, como la venta de suelo o la concesión de licencias urbanísticas, ocurre lo que ha sucedido en nuestro país: un desequilibrio entre entrada excepcional de dinero y gasto corriente. Cuando se incrementa la presión fiscal de manera arbitraria, el riesgo es el aumento del fraude y la posible migración a otros municipios de la población. Sólo el mercado parece servir de instrumento útil para discriminar entre buenos y malos gestores, siempre que no esté presidida por una correlación de activos como la que ha existido en los últimos meses. Mal vamos.
- Sin embargo las acciones sobre el gasto son éxito seguro, en su doble vertiente de adecuación de las infraestructuras y sus costes recurrentes asociados a las verdaderas necesidades de la población, por una parte, y contención de los dispendios públicos mediante el establecimiento de los procedimientos adecuados de aprobación, ejecución y control, por otra.
Pues bien, desde este punto de vista parece inevitable que los esfuerzos se centren en el sustraendo de la suma y, para no empezar la casa por el tejado sino por los cimientos, en la racionalidad de la estructura de distribución municipal que existe en la actualidad en España, anacronismo de cerca de dos siglos muy alejado del modelo adoptado por buena parte de nuestros vecinos europeos. Para ilustrar la cuestión me van a permitir que rescate el documento publicado hace poco más de un mes por UPyD que me ha parecido extraordinariamente revelador (página 25 y siguientes, Tamaño Eficiente de un Municipio).
- En España hay 8.112 municipios para una población cercana a 47 millones de habitantes.
- El 84,1% ó 6.821 cuentan con menos de 5.000 empadronados, porcentaje que se amplía al 95,3% cuando la horquilla sube a los 20.000. 1.000 de ellos tienen menos de 100 habitantes.
- Entre los grandes europeos, sólo Italia mantiene una distribución similar a la española. 8.088 municipios de los que 7.466 ó el 92,3% son de menos de 15.000 vecinos. No es precisamente su realidad económica el ejemplo a imitar.
- Por el contrario, desde mitad del siglo pasado Reino Unido ha pasado de 1.520 a 400; Alemania de 25.000 a 8.414, con un 75% más de población que nuestro país; Francia los ha dejado 2.609, si bien su idiosincrasia es peculiar.
- La proliferación de entes locales se traduce en ineficiencia. Multiplica los costes administrativos, impide la centralización y mejora del gasto, provoca la creación de figuras de apoyo como diputaciones o cabildos, facilita el caciquismo, alienta las disputas y así sucesivamente.
- De acuerdo con el análisis elaborado por los economistas de UPyD, encabezados por el colaborador de esta casa Álvaro Anchuelo, 20.000 habitantes es el nivel óptimo de población para una gestión municipal eficiente. Por encima surgen los problemas de congestión -con excepciones como Sevilla, Bilbao, Vitoria, Pamplona o San Sebastián-, mientras que, por debajo, las economías de escala desaparecen rápidamente lo que puede afectar al principio de equidad que subyace al sistema.
Sin necesidad de hacer sangre, y limitando el nivel de corte en 10.000 personas por municipio, la mitad del ideal, el ahorro potencial anual para las arcas públicas se situaría en 8.125 millones de euros, fruto de una medida que afectaría al 90% de los ayuntamientos existentes en la actualidad. Simplificación administrativa, unificación de servicios, escalabilidad política, liberación de inmuebles son algunas de las ventajas citadas por los autores del informe. Una iniciativa que queda en manos del gobierno y que llega tarde para las elecciones locales previstas el año que viene. ¿Se pondrá por fin después encima de la mesa? Permítanme que lo dude. Otra buena idea que amenaza con quedarse en el tintero… hasta que sea demasiado tarde.
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