lunes, 22 de marzo de 2010

Otros PSIR: Tanos-Viérnoles

Un polígono aletargado

Fuente: Cantabria Económica 03/02/2010

Solo dos naves se han construido en Tanos-Viérnoles y una de ellas no tiene actividad

Dos años después de acabado, el polígono industrial de Tanos-Viérnoles continúa muy lejos del lleno que prometía. Tan solo dos empresas han levantado sus instalaciones y únicamente una de ellas, Ballestas y Basculantes Martín, tiene actividad. A ella se unirá este verano Codelse, pero seguirán siendo muy pocas para un polígono que era reclamado insistentemente por los empresarios torrelaveguenses y que parecía pequeño para las necesidades de la comarca. La tardanza en la ocupación de las parcelas deja entrever que la demanda era muy volátil y, como va a ocurrir en otros polígonos en proyecto, la crisis ha cambiado radicalmente las necesidades: lo que antes resultaba escaso, ahora sobra.

Pocas veces ha habido tanta unanimidad sobre un proyecto ni tanta aparente urgencia para concluirlo, pero ocho años después de que se constituyera la empresa pública que lo promovió, la ocupación del polígono de Tanos-Viérnoles no puede ser más decepcionante. Tan sólo dos empresas han levantado allí sus naves y nada más que una de ellas, Ballestas y Basculantes Martín, está realmente operativa. En pocos meses podría unírseles una tercera instalación, la que ha comenzado a construir Codelse para trasladar allí su sede. Un magro resultado para un polígono que venía siendo reclamado desde hace décadas por los torrelaveguenses, una comarca donde, además, permanece en comercialización el Parque Empresarial Besaya y hay fuerzas políticas que también pretenden convertir en un polígono industrial el amplio corredor que media entre Solvay y Sniace.

Una demora fatal

Los primeros pasos para la ejecución del proyecto de Viérnoles se dieron en octubre de 2003, cuando se constituyó Sitor (Suelo Industrial de Torrelavega), una promotora creada por la empresa pública Sican, del grupo Sodercan, que posee el 90% de las acciones, y el Ayuntamiento de Torrelavega. El objetivo era desarrollar en una mies que comparten Tanos y Viérnoles un polígono de 322.000 m2, retomando una idea que manejó la Corporación torrelaveguense a mediados de la década de los noventa.

Desde asociaciones como Apemecac, que aglutina a las pymes locales, se insistía en la urgente necesidad de suelo de las empresas torrelaveguenses, obligadas a salir del municipio si querían expandir sus negocios.

El Gobierno regional no dudó en declarar el proyecto de interés regional (Psir) para agilizar su ejecución. Aún así, entre las negociaciones para la compra del suelo con los más de 70 propietarios afectados, para evitar la expropiación, y los trámites administrativos para redactar el proyecto y adjudicar la urbanización del polígono, las parcelas no estuvieron disponibles hasta finales de 2007.

El interés por ese suelo era tan evidente como la carencia de alternativas a corto plazo en el entorno torrelaveguense, aunque el polígono de Reocín comenzaba a ser más valorado por los empresarios de la comarca. Pero Tanos-Viérnoles era un emplazamiento más cercano a Torrelavega y su puesta a punto parecía inminente. Con esas ventajas, alrededor de 180 empresas manifestaron su interés por ubicarse en el nuevo polígono, una demanda que excedía con mucho las posibilidades de un recinto que tan solo contaba con 180.000 m2 útiles para la instalación de naves.

Tras el proceso de selección de candidatos, se comenzaron a conocer los nombres de las primeras empresas que habían adquirido suelo en Tanos-Viérnoles. Firmas como Codelse, Velfair, Ricelec, Digassol, Artipubli, Hierros y Aceros de Santander, Ballestas y Basculantes Martín, Talleres Santiago Martín, Grupo Herreros Mobiliario o la empresa burgalesa Santaolalla e Hijos, eran algunas de las elegidas para un polígono que debía haberse llenado de inmediato. La realidad sin embargo, ha sido muy distinta.

La urbanización, llevada a cabo por la UTE Ascan-FCC, costó 8,6 millones de euros y concluyó a finales de 2007, pero las empresas que anhelaban, por entonces, empezar a construir se encontraron con un obstáculo con el que nadie contaba: la imposibilidad de escriturar la compra del suelo por obstáculos impuestos por el Registro de la propiedad torrelaveguense.

Para ganar tiempo, y aunque no estaba hecho el reparto, Sitor les autorizó a acceder provisionalmente a las que iban a ser sus parcelas para ejecutar los estudios geotécnicos, mediciones y otros trabajos preparatorios. Incluso firmó contratos privados otorgando la propiedad de los terrenos, con la salvaguarda de la futura inscripción registral. Pero para entonces surgió una circunstancia con la que nadie contaba. La crisis económica empezaba a emitir sus primeras señales de alarma y los adjudicatarios de las parcelas no estimaron oportuno arriesgarse a invertir en la construcción de sus naves o no encontraron entidades que les financiaran para hacerlo.


Defectos de acabado

Para colmo de males, empezaron a aflorar las deficiencias de urbanización del polígono, tantas que el Ayuntamiento de Torrelavega continúa sin recepcionar la obra. A los fallos en las canalizaciones de aguas pluviales se unió el desmoronamiento de taludes, que ha obligado a construir escolleras dos años después de finalizada la urbanización.

El polígono está, además, carente de servicios tan básicos como el cableado telefónico. A pesar del compromiso inicial, ninguna operadora se ha decidido a hacerlo para dar servicio al único cliente que, hoy por hoy, tendría en este recinto. Tampoco la acometida de gas natural cubre las necesidades de las industrias que se asientan en Tanos-Viérnoles. La presión que ofrecen las canalizaciones existentes bastan para un uso doméstico, como la calefacción, pero no para las necesidades de una industria de oxicorte. Tampoco cuenta el polígono con iluminación nocturna, a pesar de que las farolas sí están colocadas. La falta de vigilancia policial en un recinto que todavía no ha sido recibido por el Ayuntamiento torrelaveguense, lo ha dejado expuesto al vandalismo y son varias las veces que Sitor ha tenido que reponer los cables de iluminación robados. Los empresarios también se quejan de que el polígono no cuenta con la señalización adecuada para orientar a los que quieren llegar hasta él. Por no tener, Tanos-Viérnoles no tiene todavía ni dirección postal, como si de un polígono fantasma se tratase.

En opinión de Fermín García Balbás, presidente de la asociación de empresarios de este parque empresarial, la construcción de las naves nido proyectadas, podría insuflar vida a un recinto que tanto prometía. La promotora del Parque se dispone a sacar a licitación la ejecución de esas naves modulares pero la demora ha dado ventaja al cercano polígono de Reocín, donde la construcción de 60 naves nido está muy avanzada, aunque ni siquiera éstas tienen garantías de comercializarse.

Tanos-Viérnoles no ha nacido en el mejor momento pero antes o después se llenará con los proyectos empresariales ya comprometidos. Aún quedarán para entonces las dos grandes parcelas de 19.000 y 13.000 m2 que forman su reserva estratégica y que podrán ser aprovechadas por las fábricas que han ofrecido los licitadores del Plan Eólico.

Jesús Polvorinos

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