jueves, 25 de marzo de 2010

The Pain in Spain

Artículo de Ignacio de la Torre, de IE Bussines School, en El Confidencial:
El rápido declive de una de las economías de mayor crecimiento de Europa ha dejado a muchos culpables. ¿Cómo pudo el país, infante beneficiado de la integración económica y monetaria europea de repente encontrarse alineado junto a economías más pequeñas y enfermas como las de Grecia, Portugal e Irlanda?”.Así abre un pequeño artículo publicado recientemente por Wharton, la prestigiosa escuela de negocios norteamericana.

En él, se defienden varias tesis: Primera: el éxito o fracaso de los políticos españoles en revertir la desastrosa situación fiscal será clave para el futuro del euro. En esta tesis se apoyan en analistas de renta fija de JP Morgan, que a su vez aducen el enorme tamaño del mercado de bonos español, comparado a otros más pequeños como el griego o el portugués (la economía española es dos veces superior a la lusa y griega juntas). Un default soberano español (con o sin rescate alemán) supondría probablemente la ruptura del euro y un aumento del proteccionismo a nivel mundial. Por supuesto, la escuela de negocios menciona los incidentes lamentables de las declaraciones de un ministro del Gobierno achacando la debilidad de los bonos a una “conspiración internacional” y al hecho de que el gobierno pusiera a trabajar al CNI en investigar los “ataques especulativos”. España cerró en 2009 con un déficit fiscal del 11,4% del PIB. El plan es reducir el mismo al 3% en 2013, pero como se observará en el siguiente párrafo el denominador de esta ecuación no resulta muy creíble (España proyecta un crecimiento del 1,8% del PIB en 2011, mientras que The Economist Intelligence Unit pronostica un modesto 0,8%).

Segunda: la burbuja inmobiliaria es la génesis última de la actual situación de España. La burbuja no solo se gestó en la vivienda de primera o segunda residencia, sino que afectó al mercado de oficinas y a todo tipo de infraestructuras “el 45% de la construcción total de Europa estaba teniendo lugar en España” afirma el profesor de Wharton Mauro Guillén, probablemente refiriéndose a la zona euro (Europa del Este también pecaba de los mismos males patrios). Al ser la construcción un sector intensivo en mano de obra, cuando la burbuja explota se magnifica el impacto en la economía vía desempleo, déficit público y hundimiento del consumo. Eso explica que el PIB español probablemente siga en negativo 2010, cuando la mayoría de los países de la zona Euro experimenten ya terreno positivo.

Tercera: la situación de endeudamiento nacional convierte a España en una economía extremadamente vulnerable en el entorno de crisis crediticia. Aquí hay que recordar que el endeudamiento nacional es la suma del endeudamiento de los agentes públicos, empresas y ciudadanos. El gobierno italiano tiene más deuda que el español, pero empresas y ciudadanos italianos están mucho menos endeudados que los españoles. Citando un informe de Mc Kinsey “el nivel de deuda nacional español como % del PIB supera al de todos los países desarrollados, exceptuando al Reino Unido y Japón”. Una subida de tipos de interés agravará este problema (el 95% de las hipotecas españolas están contratadas a tipo variable). Una eventual salida del euro dispararía el coste de esta deuda, de ahí que bajo ningún concepto España se pueda plantear esta posibilidad. La corrección de este desequilibrio provocará muchos años de sacrificio.

Cuarta: la raíz estructural de esta situación es la baja productividad española, y ahí también reside la esperanza: una mejora de la productividad mejorará la situación competitiva de España, muy deteriorada desde la entrada en el euro. Sin embargo, el ajuste, de nuevo, provocará muchos años de sacrificio.

Releyendo sobre el artículo se me plantean varias reflexiones: I) el ajuste del nivel de deuda no implicará un sacrificio de años, como dice Wharton, sino de generaciones; el endeudamiento asumido es similar al provocado en una guerra de primer nivel; el Reino Unido, por ejemplo acabó de pagar en 1900 las guerras napoleónicas, II) el impacto del reconocimiento entre medios e instituciones académicas extranjeras de los males de la economía española tendrán una externalidad negativa: la imagen del país se deteriora a ritmos agigantados, y esa imagen afectará sin remedio a la capacidad diplomática, financiera y empresarial de España, III) precisamente gracias a esa imagen negativa se limitará el populismo y la estulticia de la clase política; los políticos tienen al toro delante, que es el mercado (the bond vigilantes), y cuando se está delante del toro no caben soflamas: cambiar a Colón de sitio con los ahorros de nuestros hijos (que por cierto no votan) no crea valor.

En fin, destacar una frase de esperanza que utilizamos en el IE: el mejor remedio ante una pésima clase política es una excelente clase empresarial.

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